Mi regalo de Reyes

En la entrada anterior os enseñaba cómo había decorado algunos de los regalos que hice estos Reyes. Ahora os voy a enseñar qué me han regalado a mí, aunque en esta ocasión el envoltorio no me haya importado en absoluto (y eso que suelo ser bastante pijotera para esas cosas...)

Hace unas semanas, la semana del puente de diciembre, como yo no tenía mucho trabajo, me fui con mi madre a dar una vuelta por el centro de Madrid y a merendar en una de las cafeterías de moda, Mama Framboise, una boulangerie al más puro estilo parisino, ¡pero en Madrid! En la calle Fernando VI. Mientras esperaba a que llegara mi madre vi que justo enfrente habían abierto una pop-up store de una tienda de decoración vintage y entré a echar un vistazo, ¡y me encantó! La tienda (cuyo nombre no recuerdo ahora mismo...lo mismo mi madre se acuerda) era una monada: estaba en un pato interior un poco escondido, pero decorada con muchísimo estilo. Muchos muebles grandes: armarios, cajoneras, estanterías, sillones...y entre todo eso encontré unas letras de alambre que me enamoraron, ¡nunca mejor dicho!

La verdad, todo hay que decirlo, es que la tienda me pareció un poco "subidita de precio", y aunque las letras me encantaban...¿qué iba a hacer yo con ellas?, ¿dónde las iba a poner? (porque os aseguro que en mi habitación no cabe ni un alfiler) Así que descarté totalmente la idea de comprármelas y me olvidé completamente de ellas. Así que...os podéis imaginar cuál fue mi sorpresa el día de Reyes cuando, al abrir el último de mis paquetitos, ¡me encontré con las letras! Muchos de los otros regalos más o menos los esperaba, algunos porque los había pedido y otros porque los necesitaba, pero las letras...¡ay, las letras! Os juro que me eché a llorar y si no fuera porque salgo feísima, con una mezcla de lagrimones y ojeras (la noche anterior había estado envolviendo hasta las tantas...) subiría alguna foto del momento.

La verdad es que fue uno de los regalos que más ilusión me hizo, sobre todo por el efecto sorpresa. Así que desde aquí...¡muchas gracias, mamá! Ahora estoy venga a pensar dónde poner las letras, aunque en el suelo del salón tampoco quedan tan mal, ¿no? De todas formas, he de confesar que ya las he cambiado de sitio para hacer unas fotos chulas, chulas que os enseñaré mañana.

pd: todas las fotos de esta entrada están hechas con el móvil, espero que eso explique muchas cosas.